Cuales Son Las Cartas Pastorales
Cerca del final de la Biblia hay 21 cartas escritas por los apóstoles de Jesús. Fueron escritas a pequeñas comunidades eclesiásticas en ciudades de todo el mundo romano. Ahora, escribir cartas requería mucho dinero y recursos, por lo que cada una fue elaborada cuidadosamente de principio a fin.
Y eso significa que deberíamos leerlos como una obra literaria completa. Así que hablemos sobre cómo leer las cartas del Nuevo Testamento en su contexto literario.
Escuche el primer capítulo de la Segunda epístola a Timoteo en el que Pablo recuerda que Dios no nos dió un espíritu de timidez
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Son 3 las cartas pastorales de San Pablo
De todos los primeros líderes cristianos, el apóstol Pablo escribió la mayor cantidad de cartas que tenemos, 13. Y de estas trece, las tres últimas son las que llamamos las Cartas pastorales de Pablo. Son la Primera epístola a Timoteo, la Segunda epístola a Timoteo y la Epístola a Tito.
1 y 2 Timoteo y Tito
El Nuevo Testamento opta por imaginárselo solo en su estudio escribiendo largos ensayos. Pero Pablo no trabajaba ni escribía solo. De hecho, a menudo nombra a personas de su equipo que lo ayudó a producir las cartas, como por ejemplo Timoteo o Silas.
Pablo estaba constantemente con sus compañeros de equipo de misiones en camino trabajando ideas mientras hablaban y debatían. De todas estas disertaciones, Pablo habrá recopilado discursos, poemas y oraciones en cuadernos como los que menciona en su segunda carta a Timoteo.
O sea que, juntándose Pablo con sus compañeros de equipo en una habitación, comienzan a juntar material nuevo y viejo. Luego contrataría a un escriba profesional y comenzaría a crear borradores hasta que estuvieran satisfecho con cómo funcionó en conjunto como un todo.
Luego para enviar la carta, se la entregaría a los hombres de confianza que también recibirían instrucciones sobre cómo entregarla y leérsela en voz alta a los destinatarios. En aquella época la mayoría de la gente no leía. Incluso Pablo menciona esto más de una vez en sus cartas que estaban diseñadas para ser escuchadas. Por lo que a menudo suenan como discursos escritos. Por este motivo es importante que leamos y escuchemos estas cartas de principio a fin. También para que podamos apreciar cómo cada parte contribuye al conjunto.
Cada cultura tiene su propia práctica sobre cómo organizar una carta. Y en el siglo primero también había un formato estándar: en primer lugar, viene la apertura que nombra al autor y luego el receptor. Luego una oración de agradecimiento en la que saludan. Luego viene el cuerpo de la carta. Esta parte es la principal razón por la que se escribe la carta. Luego viene la conclusión en la que a veces comentan sus planes de viaje y visita. Y finalmente unos saludos y una petición final o una oración.
Es útil ver cómo las carta del Nuevo Testamento se dividen en estas partes. Tomemos por ejemplo la Epístola a los efesios. Está la apertura y luego una larga oración de acción de gracias a Dios y en el centro de esta oración de apertura, Pablo introduce la idea principal de la carta. La carta trata sobre el plan de Dios para unir todas las cosas en el cielo y la tierra en Jesús, el Mesías.
Pero ¿qué significa eso?
Cuando entramos en el cuerpo de la carta, Pablo va a repetir y desarrollar esta rica idea correctamente, pero en el cuerpo de la carta es fácil perderse y perder la noción de lo que está hablando Pablo.
La carta a los Efesios tiene unas 3000 palabras y es corta en comparación con sus otras cartas. Pero cabe recordar que Pablo escribió estas cartas para que se escuchen en voz alta y, por lo tanto, generalmente da pistas sobre la progresión del pensamiento con palabras de transición como “por lo tanto” o “debido a esto” o “así entonces”. El cuerpo de Efesios se divide en muchos párrafos, pero todos comienzan con estas palabras de transición.
Cada párrafo tiene su propia idea principal. Así que el primero es sobre cómo Jesús resucitado es el rey de todo y de todos. Y de esta manera los que no son israelitas, ahora están incluidos en la nueva humanidad que crean. Por lo tanto, la nueva familia de Dios consiste en personas de todas las naciones. Dios ha unificado una nueva humanidad en Jesús. Esa es la idea central y ese tema une todos los párrafos y capítulos 1 al 3.
Luego llegamos al capítulo 4 y tenemos una transición realmente significativa. En este caso la palabra de transición es en realidad una bisagra. En la primera y la segunda mitad de la carta Dios unificó una nueva humanidad en Jesús. La nueva humanidad de Dios es realmente diversa, por lo que debemos vivir juntos como nueva creación de Dios y eso requiere que aprendamos cómo amarnos y perdonarnos porque somos uno.
Esta sección es acerca de vivir en unidad correctamente y para que podamos ver cómo todas las partes de la carta encajan en un solo flujo de pensamiento, Dios unificó una nueva humanidad en Jesús. Por tanto, debemos vivir de una manera que fomente esa unidad. Al verla la carta de esta manera, esto resulta realmente útil: es como una hoja de ruta para que no nos perdamos.
Pues resulta que se pueden leer todas las cartas del Nuevo testamento de esta manera: descomponiéndola en partes más pequeñas, ver el mensaje de cada párrafo y luego rastrear ideas repetidas y las palabras de transición para ver cómo se conectan todos entre sí.
Finalmente vemos cómo los Apóstoles combinaron brillantemente todas las piezas en un todo literario que habló a los primeros seguidores de Jesús y todavía hoy nos puede hablar a nosotros.
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