Último mensaje de Medjugorje

El último mensaje de Medjugorje es del pasado 25 de Junio de 2023, fecha en la que se celebró el 42º aniversario de las Apariciones marianas de Medjugorje y la Virgen María, Reina de la Paz, nos dejó dos mensajes:

Escuche el Último Mensaje de Medjugorje, del 25 de junio de 2023 dado a través de Marija Pavlović.

 

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Mensaje de Medjugorje del 25 junio 2023

Marija Pavlović

Queridos hijos, el Altísimo me permite estar en medio de ustedes, para orar por ustedes, para ser su Madre y su refugio. Hijitos, los invito: regresen a Dios y a la oración, y Dios los bendecirá abundantemente. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Ivanka Ivanković

Hijitos, necesito sus oraciones. ¡Oren, oren, oren!

 

Escuche el Último Mensaje de Medjugorje, del 25 de junio de 2023 dado a través de Ivanka Ivanković.

 

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Comentario a los 2 últimos mensajes de Medjugorje del 25 de Junio 2023

Oración Inicial

Comencemos con una oración:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas

como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.

Y no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

 

42 años de Apariciones marianas de Medjugorje

Bienvenidos, amables amigos, a su escuela de María, Reina de la Paz. En realidad, Dios nos concede una gracia muy especial, toda vez que nuestra madre ha cumplido 42 años de estar apareciendo todos los días en Medjugorje. Y este evento indudablemente es una provocación a la fe, no tanto para quienes creemos en Dios, como para aquellos que no creen o aquellos que creen en Dios, pero no se consideran cristianos ni católicos. Es una provocación.

Partamos en esta reflexión precisamente de ese concepto. Lo que Dios está haciendo a través de María es precisamente esto: provocar la fe, suscitar en cada uno de nosotros el anhelo de acercarnos a Dios. Esa es la razón por la que María todavía está con nosotros. Y en realidad, para quienes creen en Dios, Medjugorje no debe ser ningún problema, porque el peregrino que va a Medjugorje se confiesa, comulga, inicia una vida nueva, hace penitencia, ordena su vida. Para quienes queremos a Dios, esto realmente es una gracia. Para quienes no creen en Dios, sí puede resultar algo impactante.

¿Cómo es posible que millones de peregrinos todos los años acudan a este sitio a buscar paz, a buscar alegría, a buscar una respuesta a tantas interrogantes de la vida?

Y también hay muchos ateos, agnósticos, incluso enemigos de la Iglesia que dicen: «He encontrado un nuevo camino». Si algún sacerdote, o algún predicador católico, o algún cristiano católico que va a la iglesia no cree en Medjugorje, no es ningún problema. Pero Medjugorje representa para muchos una gran oportunidad para encontrar a Dios y para regresar a la Iglesia.

 

Si no quieren creer que yo me aparezco, no importa
pero que se conviertan a mi hijo Jesús

Un día la Santísima Virgen María, cuando le preguntaron qué opinión le merecía aquellos que no creían en sus apariciones, dijo lo siguiente. La respuesta fue bien bonita. La Virgen dijo: «Si no quieren creer que yo me aparezco, no importa, pero que se conviertan a mi hijo Jesús». Qué respuesta tan acertada. Entonces, María está contenta con quien, aun si no cree en que ella se aparece, tiene a Jesús en primer lugar.

Aquí el punto es que hay muchos que creen en Dios y muchos cristianos, que no tienen a Jesús en el primer lugar en su corazón. Y para esos también, Medjugorje representa una oportunidad, como también lo puede ser el Santuario de Fátima, como también lo puede ser el Santuario de Lourdes o el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en México. En fin, cualquier otro santuario.

 

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Las Iglesias están vacias. Los santuarios están llenos.

Recientemente, el Monseñor Rino Fisichella, superior en los Misioneros de la Misericordia, afirmó que muchas iglesias están vacías. ¡Es cierto, pero los santuarios están llenos! El Papa Francisco ha designado el próximo año 2024 como un año dedicado a la oración, y la Santa Sede ha anunciado que se escribirán y promulgarán subsidios sobre la oración para diócesis, parroquias, movimientos y congregaciones. El año 2024 será una preparación para el jubileo del 2025.

Además, el año de la oración y el año del jubileo del 2025 serán una preparación espiritual para el gran jubileo del 2033, que es el jubileo más importante en la historia de la Iglesia. Y por este motivo, el año 2033, en el que celebraremos el bimilenario de la Pascua de nuestro Señor Jesucristo, su pasión, muerte y resurrección, será un año significativo. Desde ahora, nos estamos preparando. Tenemos diez años por delante para este gran jubileo.

A algunos cristianos católicos, especialmente aquellos que practican su fe, les preocupan las noticias dramáticas que nos llegan sobre guerras y luchas ideológicas, como el movimiento LGBT, el aumento de la eutanasia, el aborto y el feminismo radical. Sin embargo, frente a todas estas corrientes negativas, no debemos permitir que eclipsen la manifestación de la misericordia de Dios que estamos viviendo. Este también es el parecer de la Santísima Virgen María, quien nos dio un mensaje de esperanza en el cuadragésimo segundo aniversario de su primera aparición en Medjugorje.

 

Último Mensaje de Medjugorje

La Virgen nos dijo:

«Queridos hijos, el Altísimo me permite estar en medio de ustedes para orar por ustedes, para ser su madre y su refugio. Hijitos, los invito a regresar a Dios y a la oración, y Dios los bendecirá abundantemente. Gracias por haber respondido a mi llamado».

Es importante destacar que el mensaje comienza diciendo que el Altísimo le permite a la Virgen estar aquí. Esto subraya que ella no está en Medjugorje por una iniciativa propia. Incluso en este mensaje, no ha hablado de su hijo Jesús, aunque sabemos que en la mayoría de los mensajes hace referencia a él. En cambio, comienza hablando de Dios Padre, el Altísimo, es decir, el creador del universo y del género humano. La Virgen nos permite entender una vez más que quien la ha enviado es Dios Padre.

 

El Altísimo me permite estar en medio de ustedes

Aquí en Medjugorje, a veces a la Virgen le gusta llamar a Dios Padre el Altísimo. En otras ocasiones, ha hablado de Dios Padre directamente. Pero en esta ocasión menciona específicamente al Altísimo. Parece que es una advocación de Dios Padre propia de las apariciones de Medjugorje. Quizás con esto, la Virgen también está haciendo un llamado a aquellos que no se consideran cristianos o católicos, y habla en forma genérica de Dios Padre, el Altísimo. Lo importante es destacar que es el Altísimo el que toma la iniciativa.

Luego, la Virgen menciona cuál es el objetivo de su visita. “El Altísimo me ha enviado para estar entre ustedes, en medio de ustedes”. Esta expresión también se puede traducir del croata como «orar por ustedes». Al escuchar esto, algunas personas podrían pensar que antes de que la Virgen apareciera en Medjugorje, ella no oraba por la iglesia. Obviamente, ese no es el sentido. Lo que la Virgen está subrayando es que su venida diaria del cielo a la tierra, en el contexto de estas apariciones, es para orar. Esto aclara también el interrogante que muchos peregrinos tienen. Cuando María aparece todos los días, especialmente a Iván, Vicka y Marija, a la misma hora, donde quiera que estén, y muchos peregrinos están presentes en ese momento, por lo general la Virgen no dice absolutamente nada. Y es comprensible que muchos de los presentes esperen recibir algún mensaje especial.

 

Está con nosotros para orar

A menudo, los peregrinos me han preguntado: «Padre, ¿por qué la Virgen aparece y no dice nada?». Hoy, la Virgen ha aclarado esto con su mensaje del 25. Está con nosotros para orar. En otras palabras, para María, orar por nosotros es tan importante como dar un mensaje. Si bien en la mayoría de las apariciones de la Santísima Virgen María, ella no ha dado mensajes, puedo afirmar con seguridad que no hay una aparición en la que la Virgen no haya orado por los peregrinos. Ese es el propósito de este mensaje: María está orando por nosotros.

 

Ahora, veamos cuán importante es la oración. María aparece para orar. Esto no significa que no lo esté haciendo también en el cielo. Ha habido mensajes en los que la Virgen ha dicho que ella ora por nosotros en el cielo. Sin embargo, lo que María destaca aquí es la oración en estos momentos, por nosotros, los miembros de la Iglesia, por los bautizados y aquellos que se acercan a Dios, incluso si están en pecado grave.

 

Oren, oren, oren!

Esa oración de María es importante, es eficaz. También debemos entender que, si para María el hecho de aparecer y orar es importante, ¡cuánto más para nosotros, que no estamos en el cielo ni somos la Madre de Dios! La oración también es importante para nosotros. Fíjense que en el mensaje que da la Virgen en la aparición anual a Ivanka este 25 de junio (ya que Ivanka ve a la Virgen una vez al año en esa fecha, con ocasión de la solemnidad de María Reina de la Paz), María dijo:

«Hijitos, necesito sus oraciones. Oren, oren, oren.»

 

Medjugorje es el llamado más profundo e incisivo que la Iglesia ha recibido en sus 2000 años de cristianismo. María no se cansa de invitarnos continuamente a la oración. El hecho de que nos diga que Dios le permite estar en medio de nosotros para orar es también una llamada para que nosotros no dejemos de orar.

 

Es posible que algunas personas se sientan desanimadas cuando oran, por ejemplo, por países que están bajo dictaduras y donde los cristianos sufren persecución. O cuando oran para que ciertas ideologías no triunfen. No ven los resultados de sus oraciones. Pero, tranquilos, tranquilos. Esos resultados llegarán, se verán y nosotros seremos testigos de esas manifestaciones.

 

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Mi corazón triunfará

La Virgen ha dicho que su Corazón Inmaculado triunfará. Pero también nos ha dicho que en estos momentos nos encontramos en una encrucijada, y que la humanidad se encamina hacia la perdición. Precisamente nos habla así, de manera fuerte, para aquellos que se sientan desanimados y cansados de orar, para que retomen la importancia de la oración.

¿Cuanto oramos?

Tal vez rezamos el Rosario todos los días y leemos la Biblia todos los días. Pero la Virgen siempre espera más. Cuando María habla de la oración, no solo nos pide que recemos el Rosario. Si alguien piensa que rezando el Rosario todos los días ya está cumpliendo con lo que la Virgen está pidiendo, pues está equivocado.

 

Oración con el corazón

Si bien la Virgen invita a que recemos el Rosario tres veces al día, también ha dicho que debemos permanecer en silencio delante del Señor, ya sea ante Jesús sacramentado, una imagen en casa o un crucifijo. Además, ha dicho que debemos meditar cada día la palabra de Dios. También nos ha instado a acompañar la oración con el ayuno a pan y agua los miércoles y viernes, y también en preparación a las solemnidades de la Iglesia.

Entonces, se trata de revisar un poco cómo estamos orando. Y hay que subrayar, que la oración que la Virgen nos recomienda hoy, y que el mismo Señor Jesucristo también nos habla en el Evangelio, no es un monólogo y no se resume en repetir palabras. El Señor dice en el Evangelio de Mateo, capítulo 6: «Cuando tú vayas a orar, entra a tu habitación y cierra tu puerta, y tu Padre, que escucha en lo secreto, te recompensará. Y no piensen ustedes que al multiplicar sus palabras es que el Padre los va a escuchar, porque el Padre sabe de qué ustedes tienen necesidad, antes de que se lo pidan».

Bueno, eso quiere decir que Jesús favorece la oración de la meditación y la oración del recogimiento interior. También la Virgen ha hablado de esta oración, ha hablado de la oración del silencio del corazón, del recogimiento interior. Entonces, no se trata solo de repetir fórmulas, porque incluso el Señor repetía fórmulas cuando oraba con las oraciones de su época, como el Shemá. María, San José, los apóstoles, recitaban y memorizaban salmos. Pero también nuestro Señor meditaba.

Hoy día, muchos cristianos católicos no saben qué es la meditación. Cuando están delante del Santísimo o están delante de alguna imagen, se cansan y no ven por qué hay que hacerlo. Y como diría Santa Teresa de Ávila, lamentablemente, aquel que no entra por la meditación jamás llegará al matrimonio espiritual. La puerta de entrada de la oración es la meditación. Para aquellos que no quieren meditar, y si meditan, meditan mal, porque no se trata de hacer un examen de conciencia ni de pensar en su vida, su futuro o su pasado. Se trata de tener como objeto de meditación a Jesús.

 

La meditación

Teresa de Ávila pasó unos 17 años pensando únicamente en Jesús, en su persona de una manera muy humana. Ella meditaba mucho sobre la oración de Jesús en el Getsemaní, la oración en el huerto. Y poniendo su mente en esa imagen, iba suscitando los afectos, y de ahí pasaba a la oración del recogimiento.

Hay que rezar el Rosario todos los días, pero también hay que meditar. Y luego, mientras se medita, es donde uno se expresa, le expresa al Señor palabras personales que emergen de esa meditación. «No, Señor, mírame. Me encuentro en este momento así. Si me siento triste, se lo digo con mis palabras. Si me siento contento, se lo digo con mis palabras. Si me siento dolido por algo, lloro y se lo digo con mis palabras. Me desahogo delante de Él. Si estoy meditando, voy a sentir la presencia de Jesús. Y si antes he rezado el Rosario, voy a sentir la presencia de Jesús.»

 

Solo Dios basta!

Se recomienda, para esta oración, primero rezar el Rosario y luego quedarse meditando en algún pasaje del Evangelio, del Antiguo Testamento o de las cartas de Pablo. Y luego, con los ojos cerrados, expresarle al Señor lo que uno siente.

Todas estas indicaciones, que son muy bonitas, la Virgen se las presentó al grupo de oración de Yelena y Mariana. Por ejemplo, la Virgen le dijo en una ocasión a este grupo de oración, que no rezara el Rosario durante una semana, y que solamente meditaran todos los días en las palabras del Padre Nuestro. Cuando terminó la semana, la Virgen les dijo: «Continúen meditando cada palabra del Padre Nuestro y medítenlo de esta manera». Y la Virgen les dio unas palabras para meditar sobre cada frase del Padre Nuestro. Y luego les dijo: «La tercera semana, no dejen de meditar en el Padre Nuestro».

Antes de ponerles esta tarea de tres semanas, la Virgen les dijo: «Vamos a comenzar desde la primera lección de la oración, porque ustedes están rezando el Rosario sin meditar». Medjugorje definitivamente es una escuela de oración, y aquel que aprende a orar con el corazón no rechazaría jamás la oración. La oración es un encuentro de amor. Cuando uno ora, uno se encuentra con Dios cara a cara y sabe que Dios lo es todo. Como diría San Francisco: «Así, mi Dios y mi todo», o San Luis María Grignion de Montfort: «Solo Dios», o Teresa de Ávila: «Solo Dios basta».

 

Sentirnos pequeñitos

También debemos tener presente, que no por orar mucho se llenan todos los vacíos y se sanan todas las heridas, porque somos seres humanos. Cuando yo oro mucho, mi corazón está repleto de Dios, estoy lleno de Dios. Pero cuando oro poco, vienen los vacíos inmediatamente. Y la oración no puede llenar todos los vacíos jamás, porque de lo contrario, no necesitaríamos a Dios y ya seríamos Dios. La oración nos hace depender siempre de Dios, nos hace buscar a Dios siempre y sentirnos pequeñitos.

 

Pero eso es bonito, porque como dice la Virgen, crecemos como un niño que va dando los primeros pasos. Curiosamente, cuanto más uno ora, cuanta más vida de oración y de ayuno tiene, más pequeño se siente delante de Dios, más infante se siente delante de Dios y de la humanidad.

 

Mucha gente se ha apartado de Dios por mucho estudio o lectura

A veces, los libros, los estudios, nos inflan mucho y nos sentimos superiores a los demás. Creemos que sabemos más que los demás. Hay que tener cuidado con los libros, porque mucha gente se ha apartado de Dios por mucho estudio. Los libros también crean adicción. Si bien es importante estudiar, María no nos dice: «Quiero que estudien mucho: estudien, estudien, estudien». Sin embargo, nos dice «Oren, oren, oren». Hay que guardar el equilibrio, porque hoy en día la gente siente que no tiene tiempo para orar porque tiene que estudiar mucho, y otros no tienen tiempo para orar porque tienen que trabajar mucho.

La conclusión no es que los que oramos seamos los grandes sabios. Al contrario, la misma oración nos hace descubrir que somos pequeños y sin Dios nada podemos. Los que oran mucho se sienten feliz así, y siempre le dicen al Señor: «Hazme pequeño, cada vez más». Ese es el secreto de los santos y el secreto de la Santísima Virgen María. Y la Virgen lo dijo: Dios puso los ojos en la pequeñez de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada.

Entonces, la gente quiere llenar los vacíos estudiando, con títulos, con trabajos, con dinero, con droga, con alcohol, con sexo, con poder político. Quieren llenar los vacíos que tienen a lo largo de su vida con el poder y se aferran a él, no lo quieren soltar nunca. Pero los vacíos se llenan con Dios, cada día. No un solo día, cada día. A veces el maligno nos engaña con esto: «Fuiste a un encuentro en Medjugorje, rezaste bastante. Fuiste a un retiro. Ya se te sanaron todas las heridas y tu corazón está lleno. Ya no tienes ningún vacío». No es así.

El hombre siempre debe depender de Dios, todos los días. No hay un retiro en el mundo, no hay una peregrinación en el mundo, que sane todas las heridas y que llene todos los vacíos. Eso es falso. En las peregrinaciones y en los retiros, uno comienza un proceso, en el cual siempre vamos a depender de Dios y vamos a aprender a ponernos en sus manos cada día.

 

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No se trata de llenarse de Dios un día, sino cada día

Para terminar, un ejemplo. Ustedes han visto algunas noticias de familias o turistas que suben a un globo aerostático de turismo para ver el paisaje bonito y navegar de un lugar a otro. Pero de pronto, hay un accidente, algo pasa y el globo aerostático se incendia, se desploma y mueren.

Eso mismo le sucede a mucha gente. Se inflan de espiritualidad, se llenan, pero como no tienen unas buenas bases, porque no se trata solo de llenarse de Dios un día, sino todos los días. Un descuido puede incendiar el alma, hacerla desplomarse y morir espiritualmente. Esto lo dice el Señor, que debemos tener cuidado, porque cuando un demonio sale de una persona, si uno se descuida, ese demonio va y busca otro y regresa con siete peores. El hombre queda peor que cuando tenía un solo demonio o cuando no tenía ninguno.

 

Estoy con ustedes para orar por ustedes, para ser su madre y su refugio

No nos podemos descuidar de la fe, no podemos. Todos necesitamos un padre espiritual. No pretendamos caminar sin un guía, porque nos vamos a incendiar con el pecado y el mal, y nos vamos a destruir. Todos necesitamos de un padre espiritual. Todos necesitamos ayunar y hacer sacrificios, todos necesitamos leer la Biblia, todos necesitamos confesarnos frecuentemente. Porque en el momento en que uno menos se imagina, el demonio nos pone una zancadilla, y uno se viene abajo y se mata.

Dice la Virgen que el demonio espera el mínimo descuido para hacernos caer, y caminamos sí, con caídas, tentaciones y pruebas. Pero también la Virgen está con nosotros y nos sostiene cuando le abrimos el corazón, nos consagramos a ella y no nos descuidamos. Así es que, al final del mensaje, María dice:

«Estoy con ustedes para orar por ustedes, para ser su madre y su refugio».

Si nos sentimos abatidos, tristes, decepcionados, digámosle a María: «María, aquí estoy, ayúdame. Ven a mí, ven a mi corazón. Te necesito». Digámoslo con el corazón, y la Virgen nos va a responder.

Por último veamos qué bonito el final del mensaje.

«Hijitos, los invito: regresen a Dios y a la oración, y Dios les bendecirá abundantemente».

 

Oración final

Acabemos con una oración:

«Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.» Santa María, Reina de la Paz, ruega por nosotros.

Que Dios les bendiga.

 

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Fuente:

 

Glosario:

  • Último Mensaje de Medjugorje
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  • Virgen De Medjugorje Último Mensaje
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