Resumen Del Evangelio De San Lucas
El Evangelio de Lucas es uno de los primeros relatos acerca de la vida de Jesús. Forma parte de un trabajo unificado de dos volúmenes: Lucas-Hechos. Comparando las líneas de apertura de ambos libros está muy claro que proviene del mismo autor. Hay una pista interna en el libro de Hechos, así como en la tradición temprana que identifica al autor como Lucas, el compañero de viajes y colaborador del apóstol Pablo, que también sabemos que es un médico.
Lucas inicia sus palabras con un prefacio diciendo cómo y por qué escribió este libro. Él reconoce que hay muchos otros relatos de la vida de Jesús. Pero él quería regresar a las tradiciones de los testigos oculares de muchos de sus primeros discípulos para producir lo que él llamó «un relato ordenado sobre lo que se ha cumplido entre nosotros».
Escuche el encuentro de Jesús con Los 10 Leprosos, relatado en Lucas 17, 11 – 19.
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Cumplimiento de la historia sobre el pacto entre Dios e Israel
Esa palabra «cumplido», nos muestra por qué Lucas escribe este relato. Para él, la historia de Jesús no es una historia antigua. Él quería mostrar cómo es el cumplimiento de la larga historia sobre el pacto entre Dios e Israel. Y más grande que eso, de la historia de Dios y del mundo entero.
Diseño del Evangelio de San Lucas
El diseño del libro es muy claro. Hay una larga introducción que prepara la historia de Juan el Bautista y Jesús. Luego en los Capítulos 3 a 9, Lucas presenta un retrato robusto de Jesús y su misión en su región natal de Galilea. Después de eso pasa a una sección intermedia extensa del libro que narra el largo viaje de Jesús a Jerusalén, lo que conduce al clímax de la historia: la semana final de Jesús en Jerusalén que conduce a su muerte y su resurrección, que luego nos lleva al libro de los Hechos. Vamos por partes…
Nacimientos de Juan el Bautista y Jesús
La extensa introducción relata en paralelo la historia del nacimiento de Juan el Bautista y de Jesús. Lucas presenta diversos personajes, como la anciana pareja de sacerdotes: Zacarías y Elizabeth. Luego la joven soltera María, y José. Ambas parejas recibieron una improbable promesa divina de que iban a tener un hijo. Ambas promesas son cumplidas, a raíz de las cuales nacen Juan y Jesús, y sus padres cantan poemas de celebración.
Esas canciones poéticas están llenas de ecos a los salmos del Antiguo Testamento y de los profetas, mostrando como esos niños deberían cumplir las promesas antiguas de Dios. Los poemas también muestran el papel que cada niño tendrá en la historia. Juan es el mensajero profético prometido en la Torá y los Profetas, quien prepararía a Israel para reunirse con su Dios. Y Jesús, Él es el Rey Mesiánico prometido a David, quien traería el Reino de Dios sobre Israel, así como las bendiciones de Dios, justo como Él se las prometió a Abraham.
Después de esto, María lleva a Jesús al templo de Jerusalén para Su dedicación. Y dos profetas ancianos, Ana y Simeón, ven a Jesús y reconocen quién es Él. Simeón canta su propia canción, un poema inspirado por el profeta Isaías. Dice que este niño es la salvación de Dios para Israel y que Él se convertirá en una luz para las naciones.
Entonces, tras esta introducción, la historia pasa a la siguiente sección principal, en la que Lucas presenta a Jesús y su misión. Él establece el escenario con el movimiento de conversión de Juan en el río Jordán, donde llama a los nuevos arrepentidos de Israel a una nueva existencia, a través del Bautismo. Él los prepara para la llegada del Reino de Dios.
Luego Jesús aparece como el líder de este nuevo Israel. Él es el escogido por el Espíritu la voz de Dios clama desde el cielo: “Él es el amado, Hijo de Dios”. Lucas sigue a continuación con la genealogía y remarca el origen de Jesús procediendo de David, de Abraham y regresando todo el camino hasta Adán en el libro de Génesis. Lucas reivindica con esto que Jesús es el Rey Mesiánico de Israel quien trae las bendiciones de Dios. Pero no solo a Israel, la familia de Abraham. Él está aquí por todos los hijos de Adán, por toda la humanidad.
"El Espíritu del Señor está sobre mí, para predicar buenas noticias a los pobres y libertad a los prisioneros, traer nueva vista a los ciegos, y libertad para los oprimidos"
Lucas coloca ahora estratégicamente la historia de Jesús yendo a Nazareth, su ciudad natal, donde Él comienza su misión pública. En la reunión de la sinagoga, Jesús se levanta y lee en el pergamino de Isaías diciendo «El Espíritu del Señor está sobre mí, para predicar buenas noticias a los pobres y libertad a los prisioneros, traer nueva vista a los ciegos, y libertad para los oprimidos». Junto con los otros evangelios, Jesús es presentado aquí como el Rey Mesiánico trayendo las buenas noticias del Reino de Dios.
Lucas destaca únicamente las implicaciones sociales de la misión de Jesús. Trae la libertad. La palabra griega es «aphesis» que literalmente quiere decir «liberar». Y se refiere a la antigua práctica judía del año del Jubileo descrito en Levíticos 25. Es cuando todos los esclavos de Israel quedan liberados, cuando las deudas de las personas se cancelan, cuando las tierras que fueron compradas son devueltas a sus familias.
Todo es la recreación simbólica de la justicia y misericordia liberadora de Dios. Jesús dice que las Buenas Noticias de liberación son específicamente para los pobres. En el Antiguo testamento, el pobre, o en hebreo «ani», es una categoría más amplia que solo personas que no tienen mucho dinero. Se refiere en general, a las personas de bajo estatus social en su cultura: como personas con discapacidades, mujeres, niños y ancianos. También se pueden incluir a los excluidos sociales, como las personas de otros grupos étnicos o personas por cuyas pobres decisiones de vida han sido excluidos de los círculos religiosos aceptables. Jesús dice que la venida del Reino de Dios es una buena noticia especialmente para estas personas.
A continuación, Lucas pasa inmediatamente a un largo bloque de historias mostrándonos en qué consisten las buenas noticias de Jesús a los pobres. Incluyen la sanación de una mujer enferma, postrada en su cama, o la de un hombre que tenía una enfermedad en la piel u otro que está paralizado.
También nos cuenta la historia de Jesús dándole la bienvenida en su comunidad a un recolector de impuestos, como es Levi, que no es financieramente pobre, pero también es un excluido social. Otra historia muestra a Jesús perdonando a una prostituta. Lucas nos muestra cómo el Reino de Jesús trajo restauración y cambio en las circunstancias de la vida de todas las personas.
El Reino de Jesús trae restauración y cambio en las circunstancias de la vida de todas las personas
Expande el círculo de personas que son invitadas a descubrir el poder sanador del Reino de Dios. Como la misión de Jesús atrajo un gran seguimiento, hace algo más llamativo incluso. Transforma a estas personas en un Nuevo Israel, nombrando a doce apóstoles como líderes, que corresponden a las doce tribus de Israel.
Luego Jesús presenta su manifiesto de un Reino al revés. Lucas lo llama el Sermón en la montaña. Dice que el amor de Dios por los excluidos y los pobres significa que Su Reino trae un cambio a todo nuestro sistema de valores. Él está aquí para formar un pueblo alternativo de Dios, que va a responder a la invitación de Jesús practicando una generosidad radical al servir a los pobres. Personas que van a liderar practicando el servicio hacia los demás y vivir para la pacificación y el perdón. Personas que son profundamente piadosas y que rechazan la hipocresía religiosa.
Ahora bien, la visión radical del Reino de Jesús requiere una autoridad divina. Comienza a generar resistencia y controversia, específicamente entre los líderes religiosos de Israel. Su acercamiento a personas cuestionables es una amenaza para sus tradiciones religiosas y su sentido de estabilidad social. A raíz de todo ello, éstos comienzan a acusar a Jesús de blasfemia y de ser un borracho que se mezcla con los pecadores.
"Este es mi Hijo escogido"
Este bloque culmina con una nueva revelación de la misión de Jesús a sus discípulos. Les dice que sí, que él es el Rey Mesiánico y que va a confirmar su reino sobre Israel al morir en Jerusalén, convirtiéndose en el sufrido rey sirviente de Isaías 53, que muere por los pecados de Israel.
Luego, esta idea impactante es ampliada en la siguiente historia, en la que Jesús sube a la montaña con tres de sus discípulos y se transforma repentinamente en frente de ellos. Son envueltos en una nube con la presencia de Dios que anuncia: «Este es mi Hijo escogido». También están ahí con él, Moisés y Elías: los otros dos profetas que encontraron la presencia de Dios y su voz en una montaña.
Lucas nos cuenta que hablaban juntos acerca del Éxodo de Jesús, que Él estaba por cumplir en Jerusalén. La palabra griega «Éxodo» es una clara referencia a la historia del Éxodo. Lucas retrata a Jesús como un nuevo Moisés quien liderará su nuevo formado Israel a la libertad y la liberaría de la tiranía de los pecados y la maldad en todas sus formas: personal, espiritual y social.
Esto nos lleva a la segunda parte del libro, la larga sección central del libro, en la que Jesús conduce a su recién formado Israel en un viaje a Jerusalén. Esta parte del libro consiste principalmente en las enseñanzas de Jesús y las parábolas dadas en el camino a varias personas que se fue encontrando, principalmente su creciente grupo de discípulos.
De esta manera Lucas representa el seguimiento de Jesús como un viaje. Es algo que se hace y en la que se aprende a medida que se avanza en el camino de la vida. Es decir, que primero Jesús invita a sus discípulos a su misión y luego los envía para ir por delante de él anunciando el Reino de Dios. Así que, ser un discípulo de Jesús desde el principio significa: participar en la misión del Reino de Jesús, haciéndolo tuyo.
Cuando los discípulos de Jesús regresan, comienza a dar varias enseñanzas acerca de la oración, acerca de confiar en la providencia de Dios. Es justamente en estos capítulos, en los que Jesús habla más acerca del dinero, las posesiones y la generosidad más que en cualquier otro lugar de sus enseñanzas. El seguirle es muy parecido a estar en camino. Debe producir esta mentalidad minimalista y así crear una libertad de las posesiones que permite una generosidad radical.
Otro tema clave en estos capítulos es la continuación de la misión de Jesús hacia los pobres.
A medida que viaja, continúa formando su nuevo Israel. Encuentra todas estas personas que están enfermas o ciegas. Encuentra a los samaritanos, que son antiguos enemigos del pueblo judío. También se encuentra al famoso Zaqueo como hombre judío, pero que dirige la recaudación de impuestos para los romanos.
Todos estos excluidos sociales se encuentran con Jesús y son transformados por el encuentro. A raíz de eso se unen a la comunidad de su Reino, que Jesús describe como un gran banquete. Él está aquí para buscar y salvar al perdido. Celebra cuando las personas descubren la misericordia de Dios, pero no todos son felices en la fiesta. Lucas incluye múltiples historias de Jesús en encuentros con los líderes de Israel, que se convierten todos en debates acalorados, en los que Jesús confronta su orgullo e hipocresía.
"Mi hijo estaba perdido, pero ahora es encontrado"
Estos encuentros contrastantes se capturan memorablemente en la parábola que Jesús explica del hijo pródigo. Un padre tiene dos hijos. Uno huye y despilfarra toda su herencia neciamente. Pero luego regresa arrepentido. Su padre lo perdona y organiza una gran fiesta para celebrar que «Mi hijo estaba perdido, pero ahora es encontrado». Por otro lado, el hermano mayor, quien nunca dejó a su padre, está enojado le reclama a su padre la generosidad que tiene con ese hijo sin méritos.
En esta famosa parábola Jesús explica toda la misión de su Reino a esos líderes. Su fiesta representa la alegre acogida de Dios de toda clase de personas en su familia. El único requisito para entrar es humildad y arrepentimiento. Y así destaca la tragedia de los líderes de Israel quienes rechazan a Jesús y a su comunidad del Reino “al revés”.
Esta resistencia a Jesús va creciendo. Finalmente llega a Jerusalén para la fiesta de Pascua. Cuando se acerca a la ciudad, está llorando. Sus discípulos lo aclaman como el Rey Mesiánico pero los líderes de Israel lo acusan y denuncian. Él sabe que el rechazo a su Reino de paz va a colocar a Israel en un camino de resistencia y de rebelión contra el Imperio Romano. Traerá la caída de la ciudad.
Es esa destrucción de Jerusalén la que Jesús simbólicamente personifica cuando entra en el templo y echa a todos los vendedores de animales. Provoca un paro al sistema de sacrificios. Dice que este lugar de adoración se ha convertido en una cueva de ladrones y será destruido.
Ahora bien, este acto genera toda una serie de debates entre Jesús y los líderes de Israel, conduciendo a la predicción de Jesús que los ejércitos romanos un día rodearán la ciudad y la destruirán, junto con el templo, y que todo esto ocurrirá dentro de una generación.
Tras este enfrentamiento en el templo, Jesús se retira con sus discípulos a celebrar la comida de la Pascua. Es la comida simbólica anual que recuerda la liberación de Israel de la esclavitud a través de la muerte del Cordero.
Jesús convierte en esta cena el pan y el vino de la comida en los nuevos elementos de este nuevo Éxodo: Su cuerpo destrozado y su sangre derramada, traerán la liberación al renovado Israel de Jesús. Después de la comida Jesús es arrestado y es interrogado por los líderes judíos. Lo juzgan como uno que dice ser rey y Lucas enfatiza que Jesús es inocente. Pilatos, el gobernador romano, declara en tres ocasiones que Jesús es inocente antes de entregarlo. Incluso Herodes, el gobernante de Galilea, no encuentra nada de qué acusarlo. Pero los líderes finalmente obligan a Pilato a que lo crucifique y es crucificado.
En su dolorosa muerte, Jesús encarna el amor y la misericordia de Dios. Enseñó mucho acerca de eso. Ofrece el perdón de Dios a los soldados cuando lo crucifican. Y luego cuando uno de los criminales ejecutado a su lado se da cuenta de quién es Jesús realmente, dice: «Recuérdame cuando estés en tu reino». Las palabras de Jesús son una promesa de esperanza para el humillado criminal: «Hoy estarás conmigo en el paraíso».
"Hoy estarás conmigo en el paraíso"
Después, con este último acto de generosidad y bondad, Jesús muere. Su cuerpo es colocado en un sepulcro y en el primer día de la semana algunos de sus discípulos van al sepulcro y lo encuentran vacío. Allí se encuentran con dos figuras angelicales. Ellos les dicen que Jesús está vivo y que ha resucitado de entre los muertos. Los discípulos se van con sus mentes confundidas y es justo en este momento cuando Lucas relata una de sus historias más bellas:
Dos de los discípulos de Jesús se están yendo de Jerusalén a un pueblo llamado Emaús. Están dolidos por la muerte de Jesús y de repente Jesús está caminando al lado de ellos, pero ellos no lo reconocen. Él les pregunta por qué están tan tristes. Ellos le cuentan acerca de todas sus esperanzas que Jesús fuera el que redimiera a Israel, pero ahora está muerto. Que todo fue para nada.
Luego Jesús come con ellos y al partir el pan, tal como lo hizo en la cena de la Pascua, ellos lo reconocen. Entonces Él desaparece. Lucas nos cuenta esta historia para enfatizar lo que significa el seguimiento de Jesús. Cuando los discípulos de Jesús imponen su agenda y su visión de la realidad acerca de Jesús, Él permanece invisible y desconocido para ellos.
Es solamente cuando nos rendimos al Reino de Jesús, que se personifica en el cuerpo quebrantado en la cruz ofrecido en amor de entrega, es solamente entonces cuando vemos y conocemos al verdadero Jesús. La escena final del libro es otra comida en la que Jesús se aparece a sus discípulos y les explica, desde las escrituras del Antiguo Testamento, cómo todo esto fue parte del plan de Dios y así el Mesías se convertiría en el rey de Israel sufriendo y muriendo por sus pecados y conquistando su maldad con su resurrección.
Y de esta manera, tal como prometió Simeón, el profeta, en el capítulo 2, el reino de Jesús se moverá fuera de Israel y entonces el perdón de Dios podría ser anunciado a todas las naciones y todos serían invitados a seguir a Jesús.
Jesús finalmente les dice a sus discípulos que esperen en Jerusalén para la venida del Espíritu para empoderarlos a ellos para esta nueva misión. Y esto, nos da pie a seguir
leyendo el segundo volumen de Lucas, que es el libro de los Hechos de los Apóstoles. Pero por ahora esto es todo acerca del Evangelio de Lucas.
Para mayor información sobre cuales son los evangelios de la Biblia católica y más resumenes de ellos, visite nuestra página de Evangelio.
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