Resumen de la carta a los Colosenses
La Epístola a los colosenses fue escrita durante uno de los muchos encarcelamientos de Pablo, el apóstol, por anunciar a Jesús como el Señor resucitado. La carta está dirigida a un grupo de personas que Pablo nunca había conocido y que se compone de una comunidad de la iglesia que tampoco inició el.
Escuche el capítulo 3 de la Epístola a los colosenses en el que Pablo nos exhorta a buscar las cosas del cielo
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Esta iglesia en Colosas fue iniciada por un compañero de Pablo llamado Epafras, que era de esa ciudad. Epafras había visitado recientemente Pablo en prisión y le había actualizado sobre qué tan bien lo estaban haciendo los Colosenses en general.
Presiones culturales en la Iglesia de Colosas
También le menciona algunas de las presiones culturales que están sufriendo, tentándoles a alejarse de Jesús. Así que Pablo escribe esta carta para alentar a los Colosenses, para abordar las cuestiones que le ha planteado Epafras y luego a desafiarlos a una mayor devoción a Jesús.
Diseño de la Carta
El diseño y el flujo del pensamiento de la carta son bastante fáciles de seguir. El movimiento de apertura se centra en Jesús como el Mesías exaltado. Pablo entonces pasa a mostrar cómo su sufrimiento en la cárcel es para el Jesús exaltado. Luego pone el enfoque en las presiones tentadoras que alejan a los colosenses de Jesús. Finalmente explora la nueva forma de vida que la resurrección de Jesús ha abierto para ellos. Pues vamos por partes…
La carta abre con dos oraciones. En primer lugar, Pablo da gracias a Dios porque aprendió de Epafras que los Colosenses han sido completamente fieles a Jesús, mostrando amor a Dios y a sus vecinos. Todo a causa de la esperanza que tienen en la nueva creación que Jesús tiene provista para ellos.
Oración de Acción de Gracias
Continúa orando para que crezcan en su sabiduría y la comprensión acerca de Jesús. Y sigue con un poema para ayudar a los Colosenses y a nosotros a hacer exactamente eso. Es la pieza central del capítulo 1: un poema acerca del Mesías crucificado y exaltado. Tiene dos estrofas paralelas y está repleta de un lenguaje e imágenes de los libros del Génesis, del Éxodo, de los Salmos y los Proverbios.
Poema del Mesías Crucificado
La primera estrofa explora cómo Jesús es la verdadera imagen de Dios. En él todo el carácter y propósito de Dios se encarna en un ser humano. Él es el primogénito, una frase del Antiguo Testamento sobre la posición real de Jesús sobre toda la creación. Él comparte la identidad misma del único y verdadero Dios creador. Por él, toda la realidad, todos los poderes y autoridades, espiritual y humano, se han creado. Es en Jesús, el Mesías, que descubrimos el verdadero autor y el rey de la creación.
En la segunda estrofa descubrimos que también es él quién trae la nueva creación. Él es la cabeza de un nuevo cuerpo, que se refiere a la gente de Jesús. Es la nueva humanidad de la que su propia existencia resucitada es un prototipo. En él habita la gloriosa presencia de Dios.
Por lo tanto, es a través de la muerte y la resurrección de Jesús, que el mismo Dios ha reconciliado a la humanidad, todos los poderes espirituales y toda la creación. Es un poema notable y Pablo se mantendrá refiriéndose de nuevo a él a medida que avanza en la carta.
En primer lugar, muestra cómo la verdad de este poema transforma su propia experiencia del sufrimiento en la cárcel. Está siendo castigado por anunciar al mundo griego y romano que Jesús es el Señor resucitado y rey de todo. Y precisamente por eso cree que su sufrimiento no es una señal de derrota, sino su forma de participar en el propio sufrimiento de Jesús, hecho como un acto de amor.
Así que sus dificultades son en realidad un motivo de gozo. Él es encarcelado por la sorprendente noticia de que el Mesías resucitado de Israel está creando una nueva familia multi-étnica. Y aún más: así como la gloria divina habitó en Jesús, así Jesús mora en y entre su familia internacional. O, como dice Pablo, el Mesías está en todos ustedes, la esperanza de gloria.
Pablo entonces aborda las presiones culturales que están tentando a los colosenses a alejarse de Jesús. Se enfrentaban a una combinación de politeísmo místico junto con la presión de observar las leyes de la Torá.
Presiones que sufren los nuevos cristianos de Colosa
Todos estos nuevos cristianos habían crecido adorando a los diversos dioses griegos y romanos que gobernaban los diferentes ámbitos de la vida humana. Muchos simplemente incluyeron a Jesús como una deidad más que podían adorar. También sufrían gran presión por parte de la comunidad cristiana judía que trataban de que estos no-judíos cumplieran su compromiso con el Mesías siguiendo todas las leyes que se encuentran en la Torá.
En concreto, menciona comer una dieta kosher, observar los días sagrados y la circuncisión. Es muy similar al problema que aborda en la carta a los Gálatas.
Para Pablo, ceder a cualquiera de estas tentaciones es un compromiso. Es un error a la hora de comprender quién es realmente Jesús y lo que hizo por ellos.
Los Colosenses solían vivir con miedo a los poderes espirituales y espíritus elementales, como Pablo los llama. Sin embargo, Jesús triunfó sobre estos a través de su muerte y resurrección. Liberó a los colosenses de cualquier obligación a ellos.
De la misma manera, Jesús cumplió en nuestro favor todas las leyes de la Torá, la cual, de todos modos, nunca tuvo el poder de transformar el corazón humano egoísta.
Seguir a Jesús significa unirse a su nueva humanidad
Por lo tanto, a lo que Jesús hizo en su vida, en su muerte y resurrección no le falta nada. No necesita ser suplementada siguiendo las leyes. De hecho, él es la realidad a la que apuntaban todas las leyes de la Torá. En lugar de las leyes, los seguidores de Jesús tienen el poder de su resurrección para cambiarlos, que es lo que va a explorar a continuación en mayor profundidad.
Seguir a Jesús significa unirse a su nueva humanidad debido a que sus vidas ahora se han unido a la vida del Jesús resucitado. Por eso Pablo desafía a los colosenses que fijen la mente en las cosas de arriba, donde está sentado el Mesías, o rige, a la diestra de Dios.
La nueva humanidad se caracteriza por la misericordia y la generosidad, el perdón y el amor
Pablo no quiere decir aquí que pienses en cómo un día vas a dejar la Tierra e ir al cielo. Por el contrario, los cielos son el lugar trascendente de donde Jesús gobierna ahora sobre toda la creación. Desde allá, él volverá un día aquí para transformar todas las cosas. O, como dice Pablo: Cuando el Mesías, quien es tu vida, se manifieste, ustedes también seréis manifestados con él en gloria.
Pablo les desafía a vivir en el presente como la clase de nuevos seres humanos en los que se convertirán algún día. El utiliza la imagen de su vieja humanidad caracterizada por la sexualidad distorsionada y el lenguaje destructivo. Para los cristianos, esa humanidad murió con Jesús y ha sido reemplazado por su propia humanidad nueva, que se caracteriza por la misericordia y la generosidad, el perdón y el amor
La humanidad nueva trasciende las limitaciones étnicas y sociales
Esta humanidad trasciende las limitaciones étnicas y sociales de nuestro mundo para crear, en las palabras de Pablo, un pueblo donde no hay un griego o un judío, un circuncidado o un incircunciso, un esclavo o una persona libre, sino que el mesías es todo y está en todas las personas.
Pablo entonces se pone muy práctico. Les muestra a los Colosenses a lo que esta nueva humanidad podría parecerse en una casa romana del primer siglo, que era una institución muy autoritaria, en la que el patriarca tenía el poder de la vida y la muerte sobre su esposa, hijos y esclavos.
El Hogar Cristiano
No es así en un hogar cristiano. Aquí es Jesús resucitado el verdadero Señor. Así pues, en el Señor, la esposa permite a su marido ser responsable de ella. Y el marido está sujeto a Jesús amando a su esposa y colocando el bienestar de ella por encima del propio.
En un hogar donde Jesús es el Señor, los niños no son objetos, sino que son llamados a la madurez y al respeto. Los padres deben criar a sus hijos con paciencia y comprensión. Los cristianos que son esclavos deben honrar a sus amos humanos, precisamente porque no son el verdadero maestro, que es Jesús. Y los cristianos que tienen esclavos han de entender que este esclavo no es su propiedad, sino más bien, un compañero, miembro del cuerpo de Jesús para ser honrado y acogido en amor.
Libro De Colosenses
Pablo marca una línea muy fina aquí. Está transformando la institución romana más básica en torno a Jesús, quien gobierna por el amor que él entrega.
Así que mientras él no abola la estructura de los hogares, el Mesías exaltado demanda que sea transformado casi más allá del punto de reconocimiento por cualquier romano viviendo en Colosas.
Esto se muestra más claramente en la conclusión de la carta. Después de una petición de oración, Pablo aplica estas instrucciones a los esclavos y amos cristianos.
De esclavo a fiel hermano
Descubrimos que Tíquico es el que lleva y lee esta carta a los Colosenses. Está acompañado por un cierto Onésimo que era un ex esclavo de un cristiano llamado Filemón de Colosas. Descubrimos de otra carta dirigida a Filemón que Onésimo se había escapado de su amo. Era un crimen digno de prisión. Pero Pablo le pide a toda la iglesia recibir a Onésimo como un amado y fiel hermano en el Señor.
En la carta a Filemón, Pablo dice que él debe recibir Onésimo ya no como esclavo, sino como un hermano. Así, en la carta a los Colosenses, Pablo nos invita a ver que ninguna parte de la existencia humana permanece intacta del gobierno amoroso y liberador del Jesús resucitado.
Nuestro sufrimiento, nuestra tentación de compromiso, nuestro carácter moral, la dinámica de poder en nuestros hogares, todo ello debe ser objeto de revisión o transformación. Se nos invita a vivir en el presente, como si la nueva creación realmente llegó cuando Jesús resucitó de los muertos. Y esto es de lo que trata la carta a los Colosenses.
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